Por Trent Sanders
La salud y el bienestar son fundamentales en todos los aspectos de nuestras vidas, lo que hace que la calidad y la accesibilidad de la atención médica sea profundamente personal. Por eso, cuando el 89 % de los pacientes en los EE. UU. dicen que creen que el sistema sanitario necesita una revisión1, no es solo otra estadística, sino que es una señal de alarma.
Han desaparecido los límites tradicionales de la atención sanitaria. La experiencia del paciente ya no comienza ni termina en los centros físicos de atención sanitaria. Los consumidores se han acostumbrado a las experiencias personalizadas, fáciles de consumir y predecibles que les ofrecen el comercio minorista y otros sectores, por lo que esperan una experiencia similar en todos los puntos de contacto de sus procesos de atención sanitaria.
A medida que los pacientes desean ser escuchados y participar cada vez más en sus decisiones de atención sanitaria, la satisfacción del paciente se mide por lo que experimentan a lo largo de un continuo de puntos de contacto: en persona, a distancia y digital con opciones autoguiadas. Una mala experiencia, ya sea a distancia, digital o en persona, puede afectar a toda la experiencia de atención y a la marca de una organización.
Entonces, ¿cómo pueden las organizaciones optimizar las interacciones paciente-proveedor y ofrecer experiencias de atención que superen las expectativas del paciente?
Tanto si se trata de una cita de telesalud o de la protección de registros de salud electrónicos, los responsables de la atención sanitaria aprovechan la TI para racionalizar las operaciones, obtener ahorros de costes y empoderar a los equipos clínicos para ofrecer una asistencia al paciente líder de su categoría. Como tecnólogos, tenemos la responsabilidad de asumir el desafío de mejorar significativamente cómo interactúan los proveedores y los pacientes. Pero antes de que pueda producirse la modernización, las organizaciones de atención sanitaria deben definir primero su misión, conocer a quién tratan de de atender y desarrollar la gobernanza necesaria para alcanzar sus metas de transformación digital. Para ello, creo en un enfoque práctico que permita a los proveedores obtener resultados rápidos mientras aceleran la innovación.